viernes, 6 de junio de 2008

23

Texto extraido de una noticia de El Periodico

El 23 dicen que es un número mágico que aúna misterio y secretos. Y razón no les falta. Os pondré unos ejemplos: ¿sabíais que cada padre contribuye con 23 cromosomas al ADN y que el cromosoma 23 es el que determina el género del hijo?
Ya sé que pensáis no es para tanto. Pero aquí van otras tres casualidades: la sangre tarda 23 segundos en circular por nuestro cuerpo, existen 23 discos en la columna vertebral y Julio César fue apuñalado 23 veces.
Lo sé, todo parece un cúmulo de datos unidos por un número. Pero es que hay hasta un grupo de sabios en la red que opina que el número 23 nos marca la vida. Yo no creo mucho en estas cosas, pero es cierto que a mí el 23 me marcó. Os lo explico después de la lista de lo mejor de la semana.
Tercer puesto. Una conversación que pillé en un bar. Dos chicos de 30 añoraban las bolsas de agua caliente que ponían dentro de la cama cuando eran pequeños. Sin duda, me uno a la añoranza. A veces, el progreso hace que desaparezcan objetos que son necesarios para crecer feliz.
Segundo lugar. El fabuloso libro El último encuentro de Sándor Márai (Salamandra). Me quedo con estas frases sobre la vejez: "Cuando pasas de los 90, envejeces de manera distinta que a los 50 o los 60. Envejeces sin resentimiento". Qué ganas de llegar a los 90 para saber si es verdad.
Primer lugar. Los preciosos DVD de la serie Alfred Hitchcock presenta.... Los compré con algunas dudas, pensando que ya no me producirían tanto miedo como cuando era pequeño. Pero os puedo asegurar que seguiréis disfrutando. No han pasado los años para estas joyas de 23 minutos de duración.
Ah, y mi relación con el número 23 tiene que ver con que yo perdí mi pierna (o gané un muñón, como me gusta decir) un 23 de abril. Creo sin duda que es el mejor día para perder una pierna. Y lo digo en serio. Porque cada año cuando llega Sant Jordi veo gente regalándose rosas y libros y pienso: 'El mundo lo sabe y lo celebra'. Además, lo mejor es que, como enterré mi pierna ese día, soy de los poquitos que puedo decir que tengo un pie en el cementerio. ¿Y vuestra relación con el 23? Buscadla, que seguro que existe... Pensad, pensad...